En
el espacio no hay espacio para los contratiempos. La rotura de
cualquier herramienta o pieza de un componente que en la Tierra
podría reemplazarse en poco tiempo obliga a esperar a que la
siguiente nave traiga otras de repuesto. Por ello, la fabricación de
objetos con impresoras 3D tiene un futuro prometedor en el sector
aeroespacial.
En
la Estación Espacial Internacional van a poder probar muy pronto
estas nuevas impresoras,
El
carguero Dragon,
lanzado por la empresa privada Space X el pasado domingo, llevaba a
bordo, entre otros suministros, la primera impresora 3D que la NASA
ha enviado al espacio.
Zero-G es la primera impresora 3D diseñada para operar en gravedad cero. Puesta en órbita el 21 de septiembre de 2014, la impresora se construyó bajo una asociación conjunta entre la NASA y la empresa Made In Space. Esta primera versión de la impresora Zero-G marcará el comienzo de la era de la fabricación de componentes fuera de nuestro planeta.
Esta
versión inicial de la impresora Zero-G servirá como banco de
pruebas para la comprensión de los efectos a largo plazo de la
microgravedad en la impresión 3D, y cómo puede ser su uso en el
futuro de la exploración espacial. Es la culminación de varios
contratos y un desarrollo que se remonta al año 2010, incluyendo
pruebas de microgravedad con vuelos de la NASA.
link del fabricante
http://www.madeinspace.us/